Este 30 de abril, en México celebramos el Día del Niño, una oportunidad para orar por los más pequeños, que son el reflejo de la pureza, la esperanza y el futuro de nuestra sociedad. Jesús nos enseñó su gran amor por ellos.

Oremos por todos los niños, especialmente por:
los que sufren enfermedad, los que viven en medio de la guerra o la violencia, los que no tienen familia ni un hogar, los que no pueden acceder a la educación, los que pasan hambre o deben trabajar desde pequeños.

Cada niño es un reflejo del amor de Dios. Ofrece una Misa por su bienestar y felicidad.